"Todo comienza con Dios" - Reflexiones para maestros cristianos

¿Has pensado alguna vez que Dios es el centro del proceso educativo?

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Location: chiclayo, lambayeque, Peru

Martín cabrejos Fernández.

Wednesday, October 11, 2006

La primera escuela del maestro

“ con sabiduría se edificará la casa “
Proverbios 24,3

Antes de decidir ser maestros nuestra vocación se mostró en medio de una familia. Hoy, nuestra vocación se desarrolla primero en nuestras casas y después en nuestra escuela.
Es en la familia donde hemos recibido la formación que determina el estilo de nuestro magisterio; todos los valores que necesitamos practicar, las habilidades para relacionarnos, la capacidad de perdonar y amar en toda circunstancia, la identificación con un espacio y con sus costumbres... nuestra primera experiencia formadora se realizó en casa y nuestros padres fueron los responsables directos del hecho.
No se trata de juzgar la calidad de la formación de tus padres, con el buen uso de tu razón y con la ayuda del espíritu santo sabrás superar y mejorar lo recibido; pero sin lugar a dudas tu eres y tienes de lo que recibiste en casa a través de tu familia.
Un maestro que quiera ejercer liderazgo en la escuela debe primero ejercerlo en medio de su propia familia. Recuerda, ser maestro no implica tanto dar conocimientos como vivir de acuerdo a un estilo inspirador en medio de un mundo de inspiraciones frágiles y falsas.
¿Puede un maestro casado enseñar algo bueno si no cumple con sus funciones de esposo y padre? ¿Puede un maestro soltero formar seres distintos y de calidad si no es capaz de dar amor, respeto y sustento a sus padres?. La respuesta es no; esto debe merecer de parte nuestra una seria reflexión.
Se nos pide ser sal que de sabor a la tierra y luz que ilumine en medio de las tinieblas, el primer lugar que debemos sazonar e iluminar es el seno de nuestro hogar.
Un maestro que siendo padre que sitúa como líder, ejemplo y maestro de sus hijos; un maestro que como esposo sea la cabeza de su familia así como Cristo es cabeza de la Iglesia; un maestro que como esposo ame a su esposa y cuide de ella como a un vaso más frágil; un maestro, esposo y padre que camine de la mano con los suyos, aconsejando, corrigiendo, alentando... Ese es el tipo de ser humano, de hombre y maestro que el mundo necesita.
Un maestro que ame a sus padres reconociendo que en tal amor hay una gran bendición; les sustenta, les protege, les ama sin cansancio, no juzga, no destruye, es paciente... ese es el tipo de maestro que rompe los esquemas dudosos impuestos por nuestras sociedades y se sitúa como una esperanza para todos aquellos que aún creemos que el ser humano no es un producto terminado.
No puedes ser luz en la escuela y oscuridad en tu casa, debes ser luz en tu casa, luz en medio del mundo, luz para todos tus amigos y desconocidos que te observan y finalmente, luz en tu escuela, luz que aliente, de calor e ilumine el camino de tus estudiantes.
Parece difícil, ¿verdad?, pero no lo es. Todo lo podemos en cristo que nos fortalece, pon tus dudas y temores en las manos amorosas del Padre y descansa en su paz y en su amor; por sobre todo confía, no dejes de hacerlo jamás, Dios te ama, tu solo confía.

“Jesús es alfarero
Y es además restaurador
Restaura vasijas rotas,
Las hace nuevas,
Sólo El tiene poder para hacerlo.
Es Dios de nuevas oportunidades
no se ha ido,
La vasija de barro que hacía
Una vez se echó a perder
Pero ha vuelto a sus manos.
Echa afuera el temor
La rueda ya está girando
Y las manos mas hermosas,
Las mas cuidadosas
Están formando tu vasija
Permítele obrar
Ríndete a El
No temas
Déjale obrar”.

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