"Todo comienza con Dios" - Reflexiones para maestros cristianos

¿Has pensado alguna vez que Dios es el centro del proceso educativo?

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Location: chiclayo, lambayeque, Peru

Martín cabrejos Fernández.

Wednesday, October 11, 2006

La voz del maestro


“Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen”
Juan 10,14
Ver cada día a mis pequeños o jóvenes estudiantes me hace pensar en la gran responsabilidad que Dios ha puesto en mis manos. Jesús mismo miraba a la gente de lejos y sentía una gran compasión pues parecían ovejas sin pastor.
S e identificaba con ellas plenamente, era partícipe de sus necesidades. Las observaba y lo hacía con amor, con un amor más fuerte que las emociones, más fuerte que los sentimientos; con un amor que meditaba en el compromiso de su humanidad terrena para con su futuro. Las veía y no podía visualizarlas de otra forma. Las veía proveídas de buenos mensajes, de vida en abundancia, de sanos cuerpos, mentes y espíritus.
Quiero ver a los míos así, como ovejas, como las personas a quienes Dios consideró en su sabiduría poner a mí cuidado… ¡Que gran responsabilidad!.
El las puso en mis manos tal como son, no es su deseo que yo haga lo que quiera, El quiere que me deje guiar, que me de cuenta que también yo nunca dejaré de ser su oveja.
No se trata solo de apacentarlas, se trata también de usar una vara para alejar los peligros de sus vidas y un callado para jalarlas hacia el redil cuando por curiosas se alejen.
Ser pastor de aquellas ovejitas es la razón de mi vocación, les hablo y reconocen mi voz. No deseo que solo la reconozcan, deseo también que les inspire seguridad, deseo también que se sepan guiadas por ella, anhelo que confiadamente la sigan.
No se trata del timbre de mi voz, no se trata de su tono, se trata del mensaje (¿Qué mensaje doy a mis ovejas?). Ellas merecen seguir un mensaje de vida, de fe y de esperanza, ellas necesitan saber que el ser humano no es producto terminado y que su vida tiene un propósito, ellas necesitan una voz pero también un estilo de vida.
Ser pastor de las ovejas implica ser un maestro que ama al Dios de la vida, dirigirlas hacia El. Sólo al lado del perfecto encontraremos las respuestas que requiere nuestro inquieto corazón.
Si hemos sido hechos por El, como decía Agustín de Hipona, nuestra vida estará inquieta hasta que descanse en El. Yo, maestro cristiano, descanso mi vida, mis proyectos, mis deseos, mis pensamientos, mi diaria planificación en la perfecta voluntad de Dios. Me alineo a sus principios y vivo conforme a ellos sabiendo que ese estilo de vida guiará a mis ovejitas a la fuente del amor eterno.
¡Esa es la mejor voz!, la voz que grita desde lo más profundo del hombre, su vida consagrada, su vida entregada en manos de Dios. Maestro, hazlo por tus ovejas, hazlo por su futuro, hazlo por aquellas ovejas que no conoces y serán atraídas a Dios por aquellas a quienes tu haz sabido guiar con excelencia.









“Si me mueve el cielo, Señor para adorarte
Muéveme tu grandeza, tu gloria indescriptible
Tu Cruz voluntaria, tu redención
El poder que posees y resucita
Resurrección del alma, criatura nueva
Que vuelve a la luz, a la casa del Padre.
Muéveme tu delicadeza de pastor
Entre la multitud conoces mi interior
Ves mi corazón
Ningún detalle mío te es ajeno
Mi voz te es conocida, tu voz me atrae
Padre delicado, amante y celoso de los suyos.”

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